Los campos del Delta del Mekong, en Vietnam, le están sirviendo de ayuda a nuestro protagonista para plantear una alternativa sostenible a las tradicionales pajitas de plástico que muchos consumimos y de las cuales apenas desconocemos el tremendo impacto negativo que producen en el ecosistema. El campesino Tran Minh Tien ha creado un negocio a partir del material orgánico de diferentes plantas, especialmente la Lepironia articulata, una variedad herbácea bastante común en Asia.
El plásti1111co es uno de los principales enemigos públicos de la contaminación, gracias a sus efectos nocivos para el entorno y la salud de cualquier especie de nuestro planeta, su alto consumo por parte de la sociedad está provocando auténticas crisis en multitud de zonas y organismos que viven en ellas. Sin embargo, tenemos la suerte de contar siempre con alternativas y propuestas como las pajitas de Tran Minh Tien, un modesto trabajador muy concienciado con este problema que padecemos todos.
Lepironia articulata, una planta común en humedales, con un tallo vacío y particularmente larga
Su alto índice de desarrollo en zonas de Asia, como en la que reside nuestro emprendedor, hace que sea factible su recogida en grandes cantidades. Por el momento, su producción va aumentando a medida que va viralizándose el vídeo publicado en las redes sociales donde se ve su proceso de fabricación y las ventajas que adquiere esta nueva forma de respetar el entorno con unas pajitas biodegradables tan sencillas y peculiares como estas.
Ong Hut Co. Con este nombre nuestro campesino ha bautizado su empresa, con la que espera abastecer a todas las personas a las que pueda alcanzar su actual modelo de negocio sostenible. Las pajitas biodegradables son de un solo uso si nos enfocamos en su distribución comercial, pero permiten desintegrarse en poco tiempo y no dañan en absoluto el entorno al tratarse de un material completamente orgánico.
Un proceso de fabricación sostenible y muy sencillo
Estas pajitas tan especiales no proceden de una ingeniería compleja ni unos procesos en los que intervengan elementos sintéticos. Ya que hablamos de una recogida previa, donde se procede a cortar el tallo con una longitud de unos 20 centímetros, medida perfecta para asemejarse en lo máximo posible al modelo de plástico que todos conocemos.
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Después del corte, un pequeño cilindro metálico más fino que el propio tallo de la hierba, atraviesa de punta a punta la pajita para eliminar cualquier resto y hacer un tubo vacío perfecto. Acto seguido se introducen las pajitas biodegradables en cubetas para lavarlas y quedar perfectas para el uso.
De esta forma, tendremos 7 días para utilizarlas, aunque en el taller de Tran Minh Tien van más lejos y proceden a secarlas para después introducirlas en el horno, dejándolas listas para mantener una durabilidad mucho mayor y así ser empleadas en muchos más restaurantes y hogares. Sin lugar a duda, una solución perfecta para un problema tan grave como el que la sociedad del plástico padece, ¿No crees?
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Hola son geniales!! Dónde se pueden conseguir??