El diente de león es una de esas plantas que todos hemos visto mientras paseamos, bien sea en un jardín público, privado o incluso como ornamento en los alrededores de un centro comercial.
Algunos los consideran una mala hierba, otros gozan de su presencia y vistosidad. Suele aparecer en zonas ajardinadas un poco descuidadas o simplemente porque ha optado por brotar entre la hierba arrojando pequeñas manchas amarillas que son las que nos permiten identificarlo.
Sea cual sea tu caso, hoy aprenderemos cómo hacer aceite de diente de león y dónde poder aplicarlo, para que te sorprendas con sus cualidades y utilidad.
El diente de león, la planta que no deja indiferente a nadie
Dejar el césped que crezca sin control podría ser el motivo por el que comencemos a ver estos pequeños brotes amarillos, aunque también aparece en otras zonas mucho más salvajes, como el campo abierto.
El diente de león posee valores nutricionales y muy buenas aplicaciones si sabemos como procesarlo y recogerlo, por lo que no sería una mala idea revisar nuestro patio trasero por si resulta que gozamos de su presencia.
Aunque no está la primera en la lista de preferencias de las abejas, el diente de león es un interesante objetivo, del cual se alimentan y recogen el polen para seguir con su proceso de polinización y fabricación de miel.
Por lo tanto, tenemos frente a nosotros una de esas plantas que, recogiendo sabiamente sus flores y procesándolas para conseguir hacer nuestro aceite de diente de león, tendremos un sinfín de aplicaciones de lo más interesantes.
¿Cómo de ventajoso resulta el aceite de diente de león?
Algunos lo emplean como hierba medicinal, entre muchas otras opciones, como cosechar las propias raíces de la planta para hacer infusiones como cafés o tés. Sin embargo, las flores amarillas son un poquito más complejas de conservar.
El aceite de diente de león es fantástico para aplicarse sobre zonas musculares y articulares, ya que permite aliviar sus dolores. Pero eso no es todo, también es ideal para añadirlo a nuestros baños relajantes y tratar las pieles secas.
Se le puede añadir a su fabricación un toque de esencia de lavanda, algo que no pasará desapercibido, ni por el aroma ni por la relajación que provoca mientras se aplica.
Como puedes ver, el aceite de diente de león es un regalo que nos brinda la naturaleza y con el que podremos hacer grandes cosas, sobre todo, de cara a mejorar nuestro bienestar y la propia salud.
Qué necesitas y pasos para fabricar tu aceite de diente de león Casero
Para que puedas tenerlo todo listo, haremos un breve repaso por todos y cada uno de los componentes necesarios para comenzar a fabricarlo.
- Flor de diente de león. La cantidad la eliges tú, pero si quieres una referencia, toma un frasco mediano-pequeño de cristal y llénalo con ellas. Esa será la medida perfecta.
- Aceite base. Un buen aceite de oliva o incluso de almendras si lo vas a aplicar de forma externa en la piel.
- Frasco. Un bote de cristal con una tapa transpirable. Con una cobertura de tela será más que suficiente.
- Colador. Que te permita filtrar el contenido y separarlo después. Por si fuera necesario.
Como puedes ver, la lista de imprescindibles es bien corta, por lo que seguro que tienes en casa todo lo necesario para ponerte manos a la obra nada más terminar con este texto.
Ahora que lo tenemos todo claro, nos falta lo más importante: las flores de diente de león. Asegúrate de recogerlas de una zona asilvestrada y natural, que no formen parte de un jardín donde, además de no tener permiso, hayan sido rociadas con algún producto químico.
- Recogida de flores y limpieza de manos. Al ir cortando las cabezas de las flores, puede que tus tijeras y manos queden impregnadas de una savia blanquecina, asegúrate de lavarte las manos una vez hayas recogido las suficientes.
- Marchita las flores. Puedes lavarlas y dejarlas secar durante la noche. Las tendremos secando no más de 24 horas y expuestas al Sol, para que se vayan secando.
- Al frasco. Una vez marchitadas y secas, cogeremos las flores y las pasaremos a nuestro frasco de cristal.
- Aceite base. Cogeremos nuestro aceite elegido y rellenaremos el frasco sobre las flores de diente de león. Debes asegurarte de que queden completamente cubiertas.
- Cubrir y reposar. Removemos la mezcla para evitar bolsas de aire, ponemos una gasa que cubra el tarro en su apertura y después la tapa, sin cerrar. Dejaremos alrededor de 2 semanas para que toda la esencia se conforme. No te olvides de remover cada dos días.
- Filtrado final. Después de las dos semanas, revisamos el contenido y, si el moho no ha hecho acto de presencia, continuaremos con el proceso. ¡Ya queda poco! Pondremos el colador y filtraremos el contenido, dejando en un recipiente nuevo el aceite que desprenda el proceso de filtrado.
Y con este breve proceso, tendrás una aceite de diente de león perfecto. Lo cerrarás en la botella o frasco que has elegido y almacenarás lejos del Sol, etiquetando su fecha de creación y dejándolo a tu disposición para más adelante. No dejes pasar más de un año para utilizarlo.
Formas de aplicar el aceite de diente de león y propiedades
Ahora que ya sabes cómo fabricarlo, sería imperdonable no recomendarte algunas de las aplicaciones más habituales que, apasionados como tú, ya tienen su propio aceite elaborado y emplean prácticamente a diario. conoce las propiedades del diente de león.
- Ungüento. Es perfecto para fabricarlo en casa y aplicarlo sobre pieles secas y agrietadas, donde la hidratación del propio aceite hará maravillas.
- Ideal para quemaduras y rozaduras. Incluso las picaduras de insectos durante el verano. El aceite de diente de león se emplea para aliviar la zona. Aunque no te olvides de evitar aplicarlo directamente sobre las heridas abiertas.
- Dermatitis por el pañal. Para los peques es ideal aplicar un poco de aceite de diente de león sobre la piel irritada, causada por los productos químicos y el tejido del propio pañal en contacto con su piel.
- Masajes. El masaje siempre es la excusa perfecta para relajarnos y desconectar, pero con aceite de diente de león, los resultados se multiplican siempre.
Y podríamos continuar creando una lista infinita de propiedades y aplicaciones sobre el aceite de diente de león que hemos creado.
Pero dejaremos que seas tú quién las descubra y pueda disfrutar de sus propiedades, ya que no son pocas. ¿Te animas a probar estas ideas verdes?
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Excelente.