El suelo en el que plantamos y cultivamos es la parte más importante, sin una buena calidad en su composición, de nada servirá invertir nuestro tiempo en plantar, regar y esperar obtener las mejores plantas o frutos.
De ahí la importancia de elegir un buen abono para conseguir que la tierra ofrezca las mejores prestaciones, aunque debes saber que resulta fundamental analizar primero las condiciones del terreno, tanto su nivel de fertilidad como la humedad que posee o el tipo de planta que vamos a utilizar.
El abono orgánico es el favorito, sus propiedades y las diferentes clases que existen, hacen de él la mejor opción para conseguir dotar al suelo todo lo que necesita para volver a ser fértil. Ahora bien, ¿Cuál es el adecuado?, ¿Conoces todos?
Descubre los diferentes tipos de abono orgánico para usar en tu huerto este 2021
Antes de continuar mostrándote los diferentes tipos que existen dentro de la familia de los abonos orgánicos, ¿Sabes realmente qué significa “orgánico”? A diferencia de los inorgánicos, el abono orgánico procede de la descomposición de elementos vegetales o animales, lo que dota al suelo de los nutrientes que necesita para ser fértil.
La composición física y biológica del suelo mejora, reduce las variaciones del PH e incluso contribuye a la retención de agua. Un buen abono orgánico en tu huerto supone un sinfín de oportunidades para cultivar lo que quieras.
Ahora bien, ¿Qué tipos de abonos orgánicos existen?, ¿Qué diferencias poseen entre ellos? Si tienes un huerto, presta atención a las líneas siguientes.
Humus de lombriz, el mejor abono gracias al trabajo de las lombrices.
No podía ser de otra forma, en primera posición tienes uno de los abonos orgánicos más empleados. El humus de lombriz es ideal para plantas de interior y huertos urbanos, permitiendo que el suelo se mantenga aireado y lleno de nutrientes, algo que contribuye a retener humedad y dar vitalidad a las plantas.
Abono verde, un manto protector para el terreno
Los abonos verdes son otra de las opciones más empleadas, sobre todo en cultivos más comerciales, aunque cualquiera que tenga un huerto puede recurrir a ellos. Hablamos de dejar crecer cualquier planta en el suelo para que juntas formen un manto protector y permitan aportar los nutrientes que necesita el suelo para el siguiente cultivo.
Son ideales para el cultivo de plantas leguminosas, ya que recogen el nitrógeno del aire y lo aportan al suelo, permitiendo que éste mejore sus niveles de fertilidad. Es una buena opción para mantener el huerto protegido mientras se revitaliza.
Compost, la basura orgánica tiene una nueva vida
Y precisamente su misión es convertirse en abono para tu huerto. El compost es el resultado de acumular basura orgánica y convertirla en abono a través de un proceso de oxidación que no requiere grandes inversiones, por lo que no es extraño comprobar como muchas personas aprovechan sus residuos para invertirlos en sus terrenos.
Estiércol, el abono orgánico más conocido en el mundo
Y probablemente el más antiguo. Procede de los residuos orgánicos de los animales, concretamente sus excrementos. Son ricos en nutrientes y nitrógeno, por lo que se le considera como uno de los fertilizantes orgánicos más eficientes.
Además, permite emplear los residuos del ganado en recuperar suelos que ya han sido explotados por la agricultura, lo que permite que se recuperen mucho más rápido que con otras soluciones.
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