Semillas: Tradicionales, Híbridas y GMO

Variedades tradicionales, Híbridos y GMO: ¿Cuál es la diferencia y por qué debería importarte?

Cuando vendemos lo que producimos en el mercado, me encanta hablar con mis clientes sobre nuestra cosecha. Una de las preguntas más frecuentes era si los tomates eran de variedades tradicionales o híbridos. Esto disparaba una conversación sobre la diferencia entre las dos posibilidades, por eso escribí este artículo.
Lo primero quiero dejar claro que Tradicional e Híbrido se pueden cultivar de manera tradicional.

¿Qué son Tomates Tradicionales?
El término variedad tradicional significa que el fruto y la planta se mantiene con unas características concretas adaptadas al clima de una zona, de sabor y textura, por generaciones.
No hay realmente un consenso general sobre que entra y que sale de en esta clasificación, pero podemos encontrar variedades de tomates, como la Kumato, Corazón de Buey, Raff… que entran en la descripción de semillas que han sido creadas por cuidadosa selección por su sabor y adaptación al terreno de generación en generación,

¿Qué significa polinización abierta?

Si hablamos de polinización abierta y mantenimiento de especies, nos referimos a que la planta ha sido polinizada de manera natural por plantas de la misma variedad y producirá semillas y de esta nuevas plantas con características casi idénticas a la planta madre.

Así que si guardas semillas de estas, te aseguras unas cualidades concretas y estables.

¿Qué pasa con los híbridos?

Un tomate híbrido se ha cruzado con otra especie, intencional o accidentalmente y las semillas crearán plantas con características de los padres.

Intencionalmente se han cruzado y se cruzan especies para crear nuevas variedades cada día.

Las grandes comercializadoras lo hacen un poco diferente, en un recinto controlado expulsan polen sobre plantas en floración, sabiendo científicamente lo que están haciendo y lo que vana conseguir, estas se venden como semillas F1. Puede ser el caso del tomate Raff.

Accidentalmente ocurre cuando el viento o los insectos cogen polen de unas plantas y otras. Esto pasa muy frecuentemente, pero si los tomates no se guardan para semillas y nos los comemos, no lo sabremos nunca.
La genética de los híbridos es inestable, sus características cambiarán de una semilla a otra, sus necesidades en recursos como agua o abono son mucho mayores, De hecho, hacen falta al menos 7 generaciones de semillas para estabilizar un híbrido a una nueva variedad o variedad tradicional.

Muchos frikis como nosotros guardamos todas las semillas solo para ver que salen F2 (segunda generación) y no siempre sale bien, con un sabor casi ni comestible, así que si experimentas, sigue manteniendo unas plantas de variedades tradicionales, por si lo que sale no es del todo comestible.

¿Son los Híbridos lo mismo que GMO?

No, no lo son.

GMO viene del inglés Genetically Modified Organism (Organismo Géneticamente Modificado), estos se crean alterando el ADN de las plantas en laboratorios, mezclándolos con ADN de ranas, arañas o peces en semillas de cereales.

Lo que se puede entender basado en lo que las empresas de modificación genética buscan es que no hay tomates modificados genéticamente, pues estas empresas buscan crear grandes extensiones de cereal barato para alimentación de ganadería, crear semillas modificadas es un proceso dificil y costoso que en áreas fuera de la producción de cereal no es rentable.

Las producciones de semilla modificada genéticamente en laboratorio son de Maíz, Soja y Algodón.
Y la única forma de plantarlas es comprándolas en gran escala y consiguiendo una licencia especial del productor.

¿Entonces por qué le debe importar a un usuario de huerta común?

Si plantas en tu huerta, elegir entre variedades tradicionales o híbridos es una cuestión de gustos. La única manera a día de hoy de estar seguros de con estar comprando GMO es comprar ecológico o directamente a los productores, hablando y asegurándote con ellos.

Ahora toma tus propias decisiones y compra sabiendo.