Si hay algo que caracteriza a este gran rincón virtual es el espíritu sostenible que siempre ha mantenido. En esta ocasión, nos centraremos en uno de los aspectos más necesarios y actuales, descubriendo cómo reciclar metales y cuáles son aquellos que lo permiten.
¿Sabías que los metales se pueden reciclar? Estamos acostumbrados a mantener el orden en lo que respecta a envases plásticos, vidrio, deshechos orgánicos e incluso cartón, sin embargo, el reciclado de los metales es un aspecto todavía desconocido para muchos.
Y hoy le vamos a poner fin, vamos a mostrarte qué tipos de metales son reciclables y cómo puedes pasar a formar parte del creciente sector de la sociedad conocedor de estas técnicas y cuya acción por el cuidado del medioambiente es digna de elogiar.
Metales reciclados para una segunda vida útil
Los metales son elementos que, a pesar su variedad, como los diferentes tipos de acero que existen, tienen la particularidad de que, contando con los procesos y maquinaria de reciclado adecuadas, pueden ser procesados para recuperar su utilidad.
Desde llantas rotas o desgastadas hasta cualquier otro elemento considerado como chatarra es válido para una industria creciente enfocada en sacar el máximo partido de este tipo de metales ya teóricamente desechados.
Obviamente, para procesarlos es preciso contar con maquinaria e infraestructura diseñada para este fin. Hablamos de materiales realmente duros que, aun con el desgaste sufrido, son muy complejos de tratar y manipular.
Sin embargo, los resultados obtenidos una vez los metales han sido reciclados son realmente sorprendentes, ya que en muchas ocasiones lograremos obtener de nuevo un elemento perfectamente testado y reacondicionado para introducir de nuevo en cualquier proceso de fabricación.
Proceso y cómo reciclar metales
Para que volvamos a ver un metal en activo y reintroducido en el mercado es necesario que éste pase por una serie de procesos básicos a fin de eliminar cualquier resto de residuo que contenga, así como impurezas o incluso óxidos.
En las plantas de procesado se trituran todos los desechos, mientras que acto seguido es un imán el que ejecuta la labor de separar elementos como el aluminio del acero, llevando cada tipo de metal a una cadena de reciclado diferente.
El aluminio se funde y reconvierte nuevamente en productos como latas de refrescos, mientras que el acero pasa por un proceso similar hasta que termina en productos tan variados como herramientas, piezas de recambios o latas de conserva.
Si el metal que vas a reciclar está limpio de residuos como pudieran ser pinturas o cualquier otro agente tóxico, podrás recurrir al contenedor amarillo, lugar ideal para cualquier envase metálico o similar. En el caso de contar con botes de pintura u otros residuos con agentes químicos, necesitarás acudir a un punto limpio.
Metales que sí son reciclables
No cabe duda de que el aluminio y el acero son dos de los metales más abundantes en nuestra sociedad, por lo que no es de extrañar encontrarlos en grandes cantidades a la hora de analizar los desechos que tiramos al contenedor.
Sin embargo, la lista de metales aptos para el reciclado no termina aquí, ya que otros como el hierro, cobre, plomo, oro o plata también son adecuados para lograr ser clasificados, fundidos y reconvertidos nuevamente en un producto útil.
Es evidente que las propiedades de cada uno de ellos hacen que el proceso de reciclado varíe e función del sector al que vayan destinados, sin embargo, todos ellos reúnen las condiciones necesarias como para permitirnos volver a disfrutar de ellos si apostamos por depositarlos en su contenedor correspondiente.
Ahora ya sabes qué tipos de metales se pueden reciclar y cómo debes proceder con ellos. Contribuye al buen funcionamiento del sistema empezando a reciclar desde este mismo momento. Estarás ayudando al entorno y permitirás que todos estos desechos tengan una segunda oportunidad.
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