Grasas buenas, grasas malas, enfermedades del corazón y colesterol. ¿Te suenan? Son términos que es probable que veas casi a diario en los medios, envases y publicaciones. Quizá seas una persona volcada en tu salud o puede que hayas optado por cuidarte desde hace relativamente poco. Sea como fuere, tienes que conocer que son tanto las grasas buenas como las malas.
Podríamos decirte que el corazón es el órgano que más sufre cuando abusamos en el consumo de grasas, pero lo cierto es que este hábito es tan perjudicial o más, con el resto de tu cuerpo y órganos que lo forman.
Hoy descubrirás qué son las grasas buenas, qué beneficios aportan al organismo y cómo puedes adquirir mejores hábitos alimenticios para potenciar su efecto. Aunque también conocerás los efectos y daños que provoca abusar de las grasas malas.
¿Qué son las grasas malas?
Como explican iniciativas como el Movimiento Actívate, existen diferentes grasas y ya que dentro de las famosas grasas, existe un tipo que se cataloga como perjudiciales para tu salud, especialmente para el corazón. Estas grasas malas provocan un aumento de los niveles de colesterol, lo que provoca que el flujo de sangre que circula por los vasos sanguíneos colapse, impidiendo que llegue la suficiente cantidad al corazón.
Esto se traduce en un riesgo considerable de sufrir un ataque cardíaco, así como una gran cantidad de enfermedades como aterosclerosis, capaz de estrechar el conducto de las arterias y provocar graves daños en tu organismo.
- Grasas saturadas. Su origen suele ser animal, como la manteca, la grasa láctea, algunas carnes, quesos, helados o la propia piel de cerdo y pollo. Los aceites de palma y coco también son peligrosos dada su alta concentración de grasas saturadas.
- Grasas hidrogenadas. Los aceites vegetales líquidos pasan a ser grasas sólidas y semisólidas mediante un proceso químico y, aunque suena mal, muchos alimentos las llevan en su receta. Hablamos de productos fabricados con aceites hidrogenados, aperitivos envasados, margarinas y muchas comidas rápidas.
- Grasas trans. Son la evolución de las grasas hidrogenadas, ya que algunas de ellas pasan a ser trans en el momento en el que la propia hidrogenación transforma estos aceites. Las mismas referencias anteriores se incluyen aquí, como las barras de margarina o los artículos horneados.
Por fortuna para todos, la ciencia ha evolucionado considerablemente en los últimos años, por lo que no tendrás muchas complicaciones en identificar estas grasas tan dañinas para tu organismo.
Descubriendo las grasas buenas
Seguro que también has escuchado este término en más de una ocasión, de lo útiles que resultan para combatir precisamente alguno de los estragos que provocan las malas. Y no es para menos, en este caso, las grasas buenas son precisamente la herramienta perfecta para reducir problemas como el colesterol.
A parte de conseguir unos increíbles resultados con tu peso, tal y como nos cuentan en este artículo, las grasas buenas reducen el riesgo de sufrir enfermedades coronarias, aunque hay que recordar que, como todo en la vida, los excesos no son buenos y debes tenerlo muy presente también.
- Grasas poliinsaturadas. El maíz, las semillas de algodón o de girasol, son algunos de los alimentos que contienen estas grasas. Hablamos de aderezos para ensaladas, mayonesas y margarinas con envases blandos, donde conviene escogerlas antes que cualquier otra que contenga grasas saturadas o hidrogenadas.
- Grasas monoinsaturadas. Aceites vegetales que siguen siendo líquidos a temperatura ambiente y que son realmente beneficiosos para el organismo. Los aguacates o el propio aceite de oliva son elementos que contienen estas grasas.
- Ácidos grasos Omega 3. Son de origen marino y notablemente beneficiosos para la salud de tu corazón. El salmón, la caballa, atún o las sardinas son fuentes naturales de Omega 3, ideal para combatir el colesterol.
Recuerda que, aunque estemos hablando de las grasas buenas para tu salud, debes consumirlas con moderación y siempre sin abusar de ellas. Pueden combatir la presencia de colesterol, pero la ciencia también nos ha demostrado infinidad de veces que un abuso de ellas podría provocar la aparición de otros problemas.
Ahora ya sabes lo que son las grasas buenas y por qué debes alejarte de las malas. Revisa tu dieta, controla los alimentos y comprueba cómo una buena elección de tus recetas hará que tu salud mejore considerablemente.
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